miércoles, 8 de julio de 2015

Malas Tierras


Un romance inmoral
por Fco. Javier López

A pesar de habernos inculcado durante años su (cada-vez-más) personal imaginario, seguimos sorprendiéndonos cuando las apuestas de Terrence Malick intentan hacer crecer a ese monstruo que es su particular visión del lenguaje cinematográfico. Cineasta descriptivo a rabiar, ya desde su ópera prima insistió (como muchos de sus coetáneos) en lo importante de hacer de los planos una suerte de piezas simbólicas de un todo. En Malas Tierras, Malick nos ubica en la América profunda para revisar el tópico de los amantes fugitivos. Con muy buen juicio, éste retrata desde una acertadísima distancia a dos personajes de moralidad cuestionable: Kit Carruthers (Martin Sheen), abúlico rebelde con tendencias psicóticas, y Holly Sargis (Sissy Spaceck), ingenua cómplice felizmente entregada a la aventura y voz en off (que supone la mayor carga de candidez en un relato sumamente adusto) durante todo el metraje. 

Malas Tierras narra la destrucción de un romance clásico, una espiral de errores que no acaba, como podría deducirse por su planteamiento y género, consagrando trágicamente el amor de los tortolitos. Aquí se nos habla de un viaje en el que los sentimientos son aplastados y cuestionados por la crudeza de una realidad que se impone de forma indiscutible, convirtiendo el relato en un anti-romance exquisitamente narrado. 

Malick nos cuenta una historia cruda, indigna, sucia, de las que nos hacen torcer el gesto, pero lo hace sin renunciar a la poesía. Ese, de hecho, es su gran acierto: anteponer el valor de la historia que cuenta a juicios morales, énfasis dramáticos innecesarios e intentos infructuosas de obligarnos a empatizar con sus personajes. Nos muestra símbolos, recuerdos y evoca a la nostalgia de los hechos contados como si, al igual que Kit, no quisiera asumir la condición efímera de su aventura y se aferrara al valor de lo vivido para justificar el oscuro presente. Estos tintes nostálgicos, muy presentes en su segunda mitad, también funcionan como recordatorio fatídico de que lo vivido es irrepetible, justificando así el adecuado desenlace de la cinta. 

Contextualizando y poniendo la vista en el horizonte, concluyo que Malas Tierras no puede ser mejor pistoletazo de salida para la interesantísima carrera de Terrence Malick. Presenta sus bazas con una sobriedad sorprendentemente oportuna y se adecua a la naturaleza del relato de forma orgánica e inteligente. Y es, ante todo, la historia de dos personas que no pretenden gustar ni despertar con trucos baratos ningún tipo de conexión con el espectador, y que precisamente por esa distancia se sienten realmente vivas. 

Estados Unidos, 1973. Director: Terrence Malick. Guión: Terrence Malick. Música: George Tipton, Carl Orff, Gunild Keetman. Reparto: Martin Sheen, Sissy Spacek, Warren Oates, Ramon Bieri, Alan Vint, Gary Littlejohn, Bryan Montgomery, Charles Fitzpatrick, Ben Bravo, Terrence Malick.  Productora: Warner Bros. Pictures / Badlands Company / Jill Jakes Production / Pressman-Williams. Duración: 95 minutos. Género: Drama | Cine independiente USA.

1 comentario:

  1. Curioso caso el de esta gran película, puesto que se trata de una ópera prima, y ya se ven las constantes que desarrollaría en sus películas posteriores. Muy similar a «El espíritu de la colmena» de Víctor Erice, que curiosamente es del mismo año (1973), y que comparte el que ambos son unos debuts muy maduros y el tono contemplativo deudor (supongo) de Tarkovsky.

    Un saludo.

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